1/10/07

"Estar en libertad" (Alejandro - 1985)

Hace un tiempo ya
que esta soledad
me ata
a todo este dolor
que no deja que las
lágrimas
de mis ojos pudieran lavar
todas las cosas que están mal.
Solo la luz fugaz
me podrá despertar
del sueño
y entonces ya podré
tener la claridad
en mi cerebro
para poder entonces compartir
todos los sueños que tengo
y estar con vos, con vos.
Poder hacer de mis conceptos
realidades y no lamentos.
Poder plantar en ti simientes
y verlas crecer conscientes
de estar en libertad.

"Qué puedo decir..." (Alejandro)

Qué puedo decir de lo que siento, loca vida esta que me acaricia con la dulzura de la mirada más hermosa y la sonrisa más mágica que vi.
Y detrás de eso la pasión de la mujer que hace que mis sentidos se multipliquen en miles de destellos y el deseo inunde mi alma hasta saciarme.
Cómo la pasión surge sin estar buscándola, sin esperarla, sin creer necesitarla.?
Y así me inunda el alma y me regresa esas sensaciones creídas perdidas, lejanas.
Nuevamente la adrenalina se junta con la alegría, con el querer y el sentir, con el desear y el amar.Todo en una piel, en un beso, en un lugar de la vida que se abre y que resucita desde el ayer dormido. Desde siempre.

Reflexión sin tiempo (Alejandro - 2007)

La vida nos despierta y duerme sin avisarnos. Con una caricia casi siempre nos despierta y nos trae a la plenitud, a sentirnos alegres y deseosos de sentir para, después de un tiempo, de un cachetazo dejarnos adormecidos, sin sentir nada, solo añorando, o solamente pensando para qué nos despertó antes sin una anestecia para la realidad. Pero los años hacen que uno se vaya curtiendo y que el alma ya tenga una corteza dura, sintiendo solo desde dentro como se corroe, pero desde afuera tratando de salir adelante y no dejarse caer. Siempre se sale, se comienza otra etapa, pero no se olvida. El que lo hace es porque no sintió.Y el que no sintió es digno de lástima, ya que solo sintiendo se sabe que estamos vivos.

Ciudad de miedos taciturnos (Alejandro - 1993)

Ciudad de miedos taciturnos
te veo por baldosas desprolijas
buscando tu alma encallecida
por trabajos forjados por el tiempo.
Plazas con amores tiernos
y zaguanes ensangrentados
por amor y odio inusitados
sin memoria, tiempo ni edad.
Tus paredes besan los vientos
que el río te manda cargados
de humedad de sudores de hombres
que en vos tanto han sudado.
Culpable sin culpa fuiste hecha
a golpes de milicos y civiles
y lloraste un dos de abril desesperada
por los hijos que mataron los fusiles.
Por tus calles tuve amores y miserias,
oscuras noches sin gloria que aún sangran,
también tardes de luz y alucinaciones
y noches dignas de amor,
como dios manda.